Justo Miguel se acercaba a revisar sus cañas de pescar, y ahí fue donde me pregunto a donde viajaba, y luego de un corto dialogo, me invitó a compartir su almuerzo y algunos mates, mientras charlábamos sobre mi viaje, sobre sus vidas y sobre la pesca. Fue un encuentro muy agradable, con muchos chistes y risas, y un almuerzo realmente rico y necesario, pero yo tenia que seguir viaje, y ellos, volver a sus tareas, así que, yo a lo mio, y ellos a lo suyo... Ademas todavía me quedaban 20 kilómetros para recorrer antes de llegar a Lobos, y no quería que me tome la noche por sorpresa de nuevo. Pese a haber comido en abundancia, no me sentía para nada pesado, así que esos 20 kilómetros se hicieron bastante rápido; llegué bastante temprano a Lobos, pero no quería seguir y que me tome la noche en el medio de la nada, ademas, el tramo que seguía, desde Lobos a San Miguel del Monte, era bastante largo, y no lo iba a poder hacer en ese mismo día, por lo que decidí, a las 16:00, establecer campamento al lado de la gomería de Alfredo y Hector, dos personajes con los que me reí mucho, tomamos varias rondas de mate, y me contaron algunos gajes de su oficio. Así terminó este día, con una sensación de felicidad muy grande.
jueves, 12 de junio de 2014
Dia 4 (2 de junio 2014)
Justo Miguel se acercaba a revisar sus cañas de pescar, y ahí fue donde me pregunto a donde viajaba, y luego de un corto dialogo, me invitó a compartir su almuerzo y algunos mates, mientras charlábamos sobre mi viaje, sobre sus vidas y sobre la pesca. Fue un encuentro muy agradable, con muchos chistes y risas, y un almuerzo realmente rico y necesario, pero yo tenia que seguir viaje, y ellos, volver a sus tareas, así que, yo a lo mio, y ellos a lo suyo... Ademas todavía me quedaban 20 kilómetros para recorrer antes de llegar a Lobos, y no quería que me tome la noche por sorpresa de nuevo. Pese a haber comido en abundancia, no me sentía para nada pesado, así que esos 20 kilómetros se hicieron bastante rápido; llegué bastante temprano a Lobos, pero no quería seguir y que me tome la noche en el medio de la nada, ademas, el tramo que seguía, desde Lobos a San Miguel del Monte, era bastante largo, y no lo iba a poder hacer en ese mismo día, por lo que decidí, a las 16:00, establecer campamento al lado de la gomería de Alfredo y Hector, dos personajes con los que me reí mucho, tomamos varias rondas de mate, y me contaron algunos gajes de su oficio. Así terminó este día, con una sensación de felicidad muy grande.
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