jueves, 12 de junio de 2014

Dia 4 (2 de junio 2014)





Este día arranco particular… por ser el día nacional del Bombero Voluntario, ¡y encontrarme en un cuartel de bomberos! Ya desde temprano sentía mucho movimiento en el cuartel, así que me levante y al salir de la carpa empezó a acercarse gente a darme la bienvenida al cuartel de Bomberos Voluntarios de Navarro. ¡No me dieron tiempo de pensar en nada que ya me habían ofrecido una taza de chocolate caliente y facturas para comer! Me encontré muy a gusto dentro de ese grupo de gente, que me prestaron mucha atención y también me preguntaron sobre los detalles de mi viaje. Luego, sacamos algunas fotos, para el recuerdo y para reírnos un poco. Estoy muy agradecido con ellos, la verdad que me sacaron de un apuro la noche anterior! 


Luego de pasar un rato con la gente del cuartel, aproveche para ir al supermercado y comprar provisiones y algunos pormenores mas, y ya partir con destino hacia la ciudad de Lobos. Después de una efusiva despedida, volví a la ruta, desandando los 3 kilómetros del acceso a Navarro y retomando la Ruta Provincial 41; ya llevaba 2 horas andando cuando me encontré con Paulo, Miguel, Ricardo y Jaime. Me detuve aprovechando la baranda de contención de un puente para apoyar la bicicleta y ahí estaban, al lado de la ruta, almorzando alrededor de un fogón.

Justo Miguel se acercaba a revisar sus cañas de pescar, y ahí fue donde me pregunto a donde viajaba, y luego de un corto dialogo, me invitó a compartir su almuerzo y algunos mates, mientras charlábamos sobre mi viaje, sobre sus vidas y sobre la pesca. Fue un encuentro muy agradable, con muchos chistes y risas, y un almuerzo realmente rico y necesario, pero yo tenia que seguir viaje, y ellos, volver a sus tareas, así que, yo a lo mio, y ellos a lo suyo... Ademas todavía me quedaban 20 kilómetros para recorrer antes de llegar a Lobos, y no quería que me tome la noche por sorpresa de nuevo. Pese a haber comido en abundancia, no me sentía para nada pesado, así que esos 20 kilómetros se hicieron bastante rápido; llegué bastante temprano a Lobos, pero no quería seguir y que me tome la noche en el medio de la nada, ademas, el tramo que seguía, desde Lobos a San Miguel del Monte, era bastante largo, y no lo iba a poder hacer en ese mismo día, por lo que decidí, a las 16:00, establecer campamento al lado de la gomería de Alfredo y Hector, dos personajes con los que me reí mucho, tomamos varias rondas de mate, y me contaron algunos gajes de su oficio. Así terminó este día, con una sensación de felicidad muy grande.

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