domingo, 13 de abril de 2014

La Partida

FRANÇAIS -

Bueno... Que mas decir, el miércoles me hice a la ruta... Con miedos, incertidumbres, sin saber lo que me esperaba.... y tengo que decir que solo fueron gratas sorpresas una detrás de otra...


El principio no fue muy alentador, tengo que reconocer: el peso del equipo era mas difícil de mover de lo que había estimado, el largo del "convoy" me dificulto mucho moverme en el transito, y la trocha angosta hizo que se me de vuelta el kayak tres veces ese día... la verdad, dude por un momento de mi idea. Ya desde el principio fue un problema salir del garaje donde había guardado el kayak la noche anterior, me valió una espera interesante y varios insultos... La gente que vive en ciudades grandes por lo general siempre esta apurada y no tiene tolerancia para esperar... aunque en el fondo no saben porque están tan apurados...

Luego, la primer parada... en una estación de servicio, ya que con el andar me di cuenta que las ruedas del trailer estaban con presión baja, lo que hacia que se sienta mucho al tirar... ya desde mi llegada sentía los ojos curiosos sobre mi, sin contar los del camino, donde incluso colectiveros aminoraban la marcha a mi lado para preguntarme a donde iba, y automovilistas que bajaban las ventanillas para sacarme fotos y darme palabras de aliento... No se, pero esos detalles hacen que a uno se le llene el corazón, y sienta mas ganas de seguir.

El caso es que ya me encontraba en la estación de servicio, peleando con el aparato para inflar ruedas (que esta hecho para inflar ruedas de auto, no de trailer de kayak, con lo que tenia miedo de un reventón prematuro)
 Aquí fue donde sucedió mi primer grata sorpresa: resulto ser que tres señores que estaban tomando un café en el comedor de la estación me llamaron a través del vidrio para charlar conmigo; querían saber de donde venia y hacia donde iba, detalles del "convoy", detalles del viaje, tiempos, etc. Luego de una charla de algunos minutos, me aboque a la tarea de inflar las ruedas, y mientras me encontraba ocupado realizando esto, se acerca uno de estos señores, me extiende un billete de 100 AR$, mientras me dice "toma, te van a hacer falta pibe"... No les explico la sensación del momento, una mezcla entre ganas de abrazarlo y ganas de llorar, y lo único que pude articular fue " te lo agradezco de corazón, esto significa mucho para mi!"...
Bien, pasado esto, alrededor del mediodía logre salir de Capital Federal, ya quedaba menos camino... frene en un puesto de comida rápida en Ciudadela y me pedí un "choripan" con salsa criolla... en ese momento no pensaba volver a Buenos Aires en un largo tiempo, y sentí que no podía dejar atrás esta ciudad sin comer un "choripan" genuino. Al dejar este local me di cuenta de mi primer problema mecánico... las soldaduras del trailer estaban fallando, lo que hacia que al andar el kayak vaya cada vez mas escorado sobre el trailer, volcándose cada vez con mas facilidad... Sufrí algunos kilómetros este problema, hasta llegar al Hospital Posadas, donde no pude continuar camino a causa de esto... realmente me sentí muy mal... pensar que mi viaje se terminaría siquiera antes de llegar a salir del conurbano bonaerense... En este preciso momento, apareció Juan, una gran persona que no solamente me ayudo a resolver mi problema, sino que me acompaño unos cuantos kilómetros en su bicicleta hasta cerca de la localidad de Parque Leloir. al llegar a Parque Leloir fue donde encontré una bicicleteria, donde pensé en comprar un caballete para la bicicleta, debido a que la inestabilidad por las alforjas hacia imposible apoyarla en cualquier lado... Y si bien no tenian
 un caballete que pudiera resolver mi problema, me ayudaron a idear una soluciona alternativa, ademas de convidarme agua caliente y acompañarme una ronda de mates!! ahí fue donde conocí a Joaquin y su amigo, dos grandes entusiastas del ciclismo que de casualidad estaban en el local y con quienes compartí una charla amena, información del lugar y unos cuantos mates. Pero el tiempo apremiaba, el viento en contra fue una constante durante todo el día, y había retrasado mucho mi viaje, así que si pretendía llegar a algún lado con luz del sol, tenia que seguir viaje...

Unos kilómetros después de haber dejado atrás a Joaquin, el destino hizo que me cruce en el camino de Eduardo, otra alma bondadosa y deportista... con el que comparti una gran charla y quien me compartio agua y alimentos tambien!; nuestro encuentro fue corto, ya quedaban pocos kilometros para llegar al final del conurbano, y ya le quedaban pocas horas a este miercoles... lo cual no impidio que Eduardo me acompañe hasta la localidad de General Rodriquez, bloqueando el transito con su bicicleta en varias oportunidades para facilitarme el paso... Tal como me habia dicho Juan, Eduardo me aviso que era inminente mi paso por la autopista, asi que unos kilometros despues de dejarlo, no me quedo otra que recorrer los 15 kilometros que me separaban de lujan por la autopista del acceso oeste a la capital...

Que puedo decir sobre esto... fue mi peor experiencia sobre una bicicleta, y espero nunca mas tener que repetirla... pero me permitió llegar a la ciudad de Lujan, donde tuve que parar ya que el día había llegado a su fin... Fue en una estación de servicio que hice noche, sobre la salida de Lujan hacia Mercedes, donde me encontré con este personaje:


Sinceramente no recuerdo su nombre, era muy tarde, estaba muy cansado, y todavía no había armado el campamento, pero si recuerdo que fue muy amable y voluntarioso, me ofreció muchas cosas, como hospedaje y comida, lastima que ya tenia eso resuelto... compartimos una larga charla sobre viajes, motos y bicicletas... luego, habiendo armado la carpa, y maldiciendo la paupérrima señal de teléfono que tenia que me impidió hablar con mi chica, di por finalizado el día quedándome profundamente dormido...

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